Lo igual y lo distinto II
A primera vista, el título de este post puede tener una interpretación ligera y superficial.Porque para el mundo de hoy el concepto de “lo distinto” tiene relación con lo externo, con ser “de otro modo”, con la trasgresión moral.
En realidad se trata de otro eufemismo por medio del cual, nos pretenden obligar a aceptar una conducta determinada, no por buena, sino por distinta. Pretendiendo de este modo que olvidemos la primera categorización en el orden del obrar (considerar si algo es bueno o malo) y nos “animemos”, “desestructurándonos”, y siendo “más abiertos”, a “aceptar” a quienes se llaman a sí mismos “distintos”. ¡Basura!
Lo cierto, a mi entender, es que lo distinto, lo distinguido, está relacionado con una perfección, no con una ausencia en el orden físico o un defecto en el orden moral.
Así, en el orden moral, el pecado no es en si mismo, sino que es ausencia de virtud.
No decimos “este es un médico o un arquitecto distinguido” sino cuando nos referimos a una perfección que ellos tienen.
En definitiva, creo que lo único distinto es Cristo y nosotros podemos ser distintos en la medida en que nos parezcamos a él, en que nos vayamos configurando con él.
Transcribo corregido el poema de Juan Ramón Jiménez llamado “Distinto”
Lo querían matar los iguales porque era distinto.
Si veis un pájaro distinto; tiradlo.
Si veis un monte distinto; cortadlo.
Si veis una rosa distinta; destronadla.
Si veis un río distinto; cegadlo.
Si veis un hombre distinto; matadlo.
Altura, olor, largor, frescura, cantar,
vivir distinto de lo distinto.
Lo que seas, que eres distinto
(monte, camino, rosa. río. pájaro, hombre)
si te descubren los iguales,
huye a mí, ven a mi ser.
Mi frente, mi corazón distinto.
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