A raiz de las conversaciones y disputas que estoy teniendo estos días sobre el libro y la película, se me ha ocurrido agradecer a Dios, también por el lado humorístico que tiene el asunto. Nunca creí que dar testimonio de la Verdad, pudiera resultarme tan divertido.
Lo digo porque los argumentos son tan burdos que hasta nos permiten responder con cierto humor. Se me han acercado ateos a los cuales el libro, el autor y toda la movida comercial les ha parecido tan torpes y ridículos que ni van a ir a ver la película. Me causa gracia que algo con tan poca substancia pueda haber generado tal revuelo.
2 Comments:
Eh... cómo... no entiendo...
Lo digo porque los argumentos son tan burdos que hasta nos permiten responder con cierto humor.
Se me han acercado ateos a los cuales el libro, el autor y toda la movida comercial les ha parecido tan torpes y ridículos que ni van a ir a ver la película.
Me causa gracia que algo con tan poca substancia pueda haber generado tal revuelo.
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