22 febrero 2005

Agradecimientos y presentación

Al fin creo que pude armar algo parecido a un blog. Claro que no tiene fotos y otras cosas que veo en otros, pero si Dios quiere, lo iré mejorando con el paso del tiempo.

Antes que nada quiero agradecer a
Hernán y Juan Ignacio. Ellos contestaron mis correos, me informaron y alentaron para que este naciente blog pueda comenzar. Espero no defraudarlos.

Soy padre de familia, catequista y cantor de chacareras y aunque soy malo para las tres cosas, es lo único que tengo. Por eso prevengo al desprevenido lector que aquí sólo encontrará experiencias de vida y observaciones personales sobre la realidad que está a la vista de todos.

Si cuando lean algo, sospechan que lo he copiado de alguien; no tengan dudas que lo he copiado. Es muy poco lo que yo puedo añadir a lo que está dicho o escrito y no siempre recuerdo el origen de todo lo que digo. Un regla sencilla sería: si es bueno, no es mío; si es malo, sí.

Respecto del Título del blog, concibo la vida como un servicio a Díos, a la Iglesia que Él fundó y edifica día a día y a la Patria que Él bendice y en la cual he nacido, la Argentina. Y porque amo a Dios, a la Iglesia y a la Patria, me alegro con sus alegrías y estoy atravesado por sus dolores. Creo que, así como Nuestro Señor, mientras padecía en la Cruz, no por eso dejaba de estar en la contemplación del Padre; debo vivir mi vida tensionado entre estas dos experiencias. Dolor y alegría, labor y reposo, sacrificio y fiesta hasta llegar a la gran Fiesta Eterna, como dice Pieper. El amor tiene sus reglas. El Amor lo exige.

Quiera Dios que esto sirva para la salvación de las almas y someto todo lo que diga al juicio de la Santa Iglesia Católica, mi Madre.

Invito a los lectores a opinar y sobre todo a corregirme si equivoco el camino.

1 Comments:

Blogger Juan Ignacio dice:

¿Qué tal?
Muy lindo este post, este blog ya está más que interesante.

Respecto a eso de la Fiesta Eterna, que no conocía, me hizo acordar a este diálogo.

- Desde su infancia, ¿no ha gozado usted más la víspera de una fiesta que la fiesta en su realización?
- ¿Cómo lo sabe? –le respondí en mi asombro.
- La fiesta en sí lo entristecía como una decepción irremediable.
- ¿Y qué significado tiene?
- Que usted, por intuición, ha venido soñando con una “fiesta inmensa”.
Me sentí como deslumbrado:
- ¡El Banquete! –grité.

Esto es de "El Banquete de Severo Arcángelo" de Leopoldo Marechal.

Saludos.

23 febrero, 2005 09:45  

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