28 abril 2005

Lo igual y lo distinto II

(publico nuevamente el post, corregido gracias a la certera búsqueda de Juan Ignacio. Yo lo había buscado durante un rato largo y no pude encontrarlo. De paso le agrego un párrafo que, no sé por qué, no salió publicado en el post anterior)

A primera vista, el título de este post puede tener una interpretación ligera y superficial.Porque para el mundo de hoy el concepto de “lo distinto” tiene relación con lo externo, con ser “de otro modo”, con la trasgresión moral.

En realidad se trata de otro eufemismo por medio del cual, nos pretenden obligar a aceptar una conducta determinada, no por buena, sino por distinta. Pretendiendo de este modo que olvidemos la primera categorización en el orden del obrar (considerar si algo es bueno o malo) y nos “animemos”, “desestructurándonos”, y siendo “más abiertos”, a “aceptar” a quienes se llaman a sí mismos “distintos”. ¡Basura!

Lo cierto, a mi entender, es que lo distinto, lo distinguido, está relacionado con una perfección, no con una ausencia en el orden físico o un defecto en el orden moral.

Así, en el orden moral, el pecado no es en si mismo, sino que es ausencia de virtud.

No decimos “este es un médico o un arquitecto distinguido” sino cuando nos referimos a una perfección que ellos tienen.

En definitiva, creo que lo único distinto es Cristo y nosotros podemos ser distintos en la medida en que nos parezcamos a él, en que nos vayamos configurando con él.

Transcribo corregido el poema de Juan Ramón Jiménez llamado “Distinto”

Lo querían matar los iguales porque era distinto.
Si veis un pájaro distinto; tiradlo.
Si veis un monte distinto; cortadlo.
Si veis una rosa distinta; destronadla.
Si veis un río distinto; cegadlo.
Si veis un hombre distinto; matadlo.

Altura, olor, largor, frescura, cantar,
vivir distinto de lo distinto.

Lo que seas, que eres distinto
(monte, camino, rosa. río. pájaro, hombre)

si te descubren los iguales,
huye a mí, ven a mi ser.
Mi frente, mi corazón distinto.

27 abril 2005

Lo igual y lo distinto

A primera vista, el título de este post puede tener una interpretación ligera y superficial. Porque para el mundo de hoy el concepto de “lo distinto” tiene relación con lo externo, con ser “de otro modo”, con la trasgresión moral.

Lo cierto, a mi entender, es que lo distinto, lo distinguido, está relacionado con una perfección, no con una ausencia en el orden físico o un defecto en el orden moral.

Así, en este sentido, el pecado no es en si mismo, sino que es ausencia de virtud.

No decimos “este es un médico o un arquitecto distinguido” sino cuando nos referimos a una perfección que ellos tienen.

En definitiva, creo que lo único distinto es Cristo y nosotros podemos ser distintos en la medida en que nos parezcamos a él, en que nos vayamos configurando con él.

Me viene a la mente un poema de Juan Ramón Jiménez llamado “Lo distinto
(pongo, de memoria, algunos versos que me acuerdo. No encuentro el libro.)

Lo querían matar los iguales porque era distinto.
Si veis un árbol distinto, cortadlo.
Si veis un monte distinto, bajadlo
Si veis una flor distinta, arrancadla.

Y el sol y la luna dando en lo distinto.
...
Árbol, monte, rosa, hombre.

Todo lo que sea que eres distinto
Huye hacia mí, ven a mi ser,
mi frente, mi corazón distinto.

21 abril 2005

A Benedicto XVI

Dame tu cruz y toma mis espinas.
Ponte la Iglesia que edifico al hombro.
Imperfecto instrumento, de tu asombro
florecerán la rosa y las encinas.

Alargaré tu manto de hebras finas.
Y cubrirás al ciervo y al alondro.
Y multiplicarás, desde el escombro,
los viñadores de las nuevas viñas.

Otros te ciñen hoy. Como a un convicto
te llevarán adonde tu no quieras,
y podarás sarmientos, viñatero.

De la Barca que hace agua, carpintero,
llevarás el timón hasta que mueras
Et sic transit gloria mundi, Benedicto.

13 abril 2005

Suicidio colectivo

Parece, según podemos leer en este artículo, que la cultura de la muerte va a abrir un nuevo frente para pedir la despenalización del aborto.

Utilizando el viejo lema esgrimido por las “militantes” que, hace años, repartían panfletos en la puerta de Las Violetas (anticonceptivos para no abortar – aborto para no morir) saldrán a confundir aún más la débil conciencia de los argentinos.

La novedad es que, apoyados por cuanto sello de goma sediento de tinta ande suelto, esperan llevar a cabo una campaña a nivel nacional, yendo a los barrios e incluso a las escuelas a volcar su inmundicia. Egoísmo disfrazado de altruismo. Vanidad disfrazada de libertad. Filicidio disfrazado de planificación familiar y salud reproductiva.

Sobre el aborto está todo dicho, no sólo desde la visión sobrenatural del mandato Divino, sino también desde grito natural de la criatura humana. No sólo desde la Fe, sino también desde la razón natural (filosofía y ciencia). Sin embargo será necesario continuar rezando y (la vida es milicia) esclareciendo a las almas que Dios nos encomienda cada día.

El Padre Alfredo Sáenz (SJ) decía: “En el sigo 19, la humanidad mató a Dios. Y en el siglo 20 se suicidó.”

¿No será el aborto un Acto más (en realidad uno de los últimos Actos) de la Obra: “Suicidio colectivo de la humanidad”? Digo yo ¿no?. Porque recuerdo que en los suicidios colectivos, el grupo de los más fuertes induce (mata) primero a los más pequeños y débiles, antes de suicidarse ellos.

El Señor nos pide que velemos y oremos. Mientras escribo esto, veo más hondo en el verdadero sentido de ambos mandatos.

11 abril 2005

La estupidez humana

Mucho se escribió sobre estupidez humana. Hace años leí un libro sobre el tema: ”Breve introducción a la Historia de la Estupidez Humana” de un tal Pitkin, yankee él. Sé que hay otros trabajos más modernos.
Además de divertirse uno mucho leyendo sobre este tema, al lector le quedan claras dos verdades cuando cierra el libro. 1) Que queda abierta la investigación sobre estupideces, tanto históricas como contemporáneas. Y hasta que uno mismo puede convertirse en investigador. 2) Que uno mismo es suficientemente estúpido como para pretender hablar de la estupidez ajena.
Ahora bien, esta última verdad es fácil enunciarla, pero, como nadie tiene conciencia de su propia estupidez, me permito, apelando a lo afirmado en la primera verdad, recopilar aquí algunas de todas las estupideces que he escuchado, visto o leído en los medios de ¿comunicación? sobre la agonía, muerte, funeral, vida y obra, y sucesión papal de Juan Pablo II.
En primer lugar, Reuter lo mató antes de tiempo. El mundo mediático estaba de parabienes, con todos los videos ya producidos y programas especiales ya cerrados, comenzaron, aunque mirando de reojo al Vaticano para confirmar la noticia, a emitir la vida y obra del Papa.
Kirchner, en su mensaje de pésame, (grabado, según escuché, la noche anterior a su muerte) lo llamó Eminencia Reverendísima, después corrigió (sonrisa mediante) con un “Su Santidad”.
Una periodista televisiva dijo que fue el primer Papa en gravar un CD. (¿cómo no se le había ocurrido a ... San Pedro, por ejemplo?)
Otra vez Kirchner, cuando dijo que no iba al funeral de Juan Pablo II pero sí iba a la asunción del nuevo Papa. Me imagino a alguien, ante la muerte de un conocido, diciéndole a la viuda: “no voy a ir a acompañarte en el funeral, pero cuando te cases con tu próximo marido, sí voy a ir al casamiento.”
La última que recuerdo es también de Kirchner, cuando explicaba su ausencia, dijo que no iba porque no era un hipócrita, con lo cual juzgó de hipócritas a todos los que fueron.
Es al p... (ñudo), no es pa’todos la bota’e potro.
Muchas estupideces se me fueron de la memoria, pero ¿alguien recuerda otra?

05 abril 2005

Amado padre

Gracias por mostrarme el camino. El camino de un varon de Cristo.

Tu vida y tu muerte me recuerdan este fragmento de San Juan de la Cruz.

(...)
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guïaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!
(...)
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

(de: "La noche oscura" de San Juan de la Cruz)